UNIDOS POR LA JOTA

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Por Antonio Rebolledo

¿Cuáles son los platos más típicos de España, que se preparan en absolutamente todas y cada de
las CA —Comunidades Autónomas—? No faltará quien diga que en tal o cual lugar se inventaron, pero son patrimonio de todo el territorio español. 

Solo tres ejemplos: 

  • Una fuente de jamón serrano (el jamón ibérico no está en todas las CA, aparte de su precio); 
  • la tortilla de patata (con o sin cebolla, más o menos cuajada); 
  • las croquetas (aunque su nombre venga del francés “croquette” y estén rellenas de lo que se quiera).

Otros platos sí que son específicamente de alguna de las CA y después se han extendido por todas ellas e, incluso, se han universalizado: La paella (junto a sus arroces hermanos), la empanada gallega (madre de todas las empanadas iberoamericanas), el gazpacho andaluz (y su pariente el salmorejo)… Pero este tema es para otra ocasión.

En fin, igual pasa con la jota. Cada Comunidad, tiene un amplio surtido de bailes, acompañados o no con canto e instrumentos musicales, pero en todas y cada una de ellas se baila y se canta la jota (quizás con la excepción de Ceuta y Melilla). Es verdad que en algunas Comunidades se les da mayor énfasis, justamente, al folklore exclusivo de su territorio, pero la jota sigue viva en todas ellas.

Ningún territorio peninsular o insular puede atribuirse el origen de la jota. En cada uno de estos territorios, la jota adopta unos rasgos distintivos concretos que ofrecen, dentro de un tronco común, una gran diversidad y una insoslayable riqueza cultural, tanto en el ámbito musical como en el literario. 

Se reconoce el arraigo y el desarrollo específico que este género ha tenido en Aragón, así como en sus vecinos de Navarra y La Rioja (jotas del Ebro); también en la Comunidad Valenciana.

Parece indudable que la forma actual de la jota es moderna. Proviene de un baile popular configurado en el siglo XVIII, aunque algunos de sus elementos son anteriores. Cuanto se ha escrito sobre su origen es, por lo menos, gratuito y, en general disparatado. Son leyendas sin fundamento científico y las leyendas, a pesar de que las hay de gran belleza, no acostumbran a ser verdad.

También la jota está extendida fuera de España: Desde la vecina Portugal hasta las lejanas Islas Filipinas, donde los españoles transmitieron la jota a los tagalos, que la interpretan en rondallas y acompañada de instrumentos nativos. Y, desde luego, en toda Iberoamérica, en algunos casos desde siglos pasados y, más recientemente, por las Comunidades Aragonesas en el Exterior.

A finales del siglo XIX, la jota estaba en la cumbre del éxito y no faltaba en el género lírico. Algunas de ellas (las de El dúo de La AfricanaLa DoloresGigantes y cabezudosEl guitarrico…) se hicieron justamente famosas.

Un buen número de compositores no españoles han utilizado el estilo de la jota en obras de inspiración española: Maurice Ravel, Jules Massenet, Georges Bizet, Emmanuel Chabrier, Mijaíl Glinka, Liszt, Saint-Saëns, Mili Balákirev, Raoul Laparra, José White.

La jota, siempre presente. ¡Viva la jota!

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