LA CASA HOJAS: UNA CADENA DE COMERCIO MINORISTA PIONERA A INICIOS DEL SIGLO XX

Nuevo reglamento del Estadio Español de Las Condes: fortalecimiento de la identidad hispánica y modernización de las relaciones
agosto 26, 2022
La Bomba España de Santiago y Valparaíso incorpora a las primeras mujeres entre sus filas
septiembre 19, 2022

Establecida en 1918, se expandió rápidamente por la región del Maule, convirtiéndose en una verdadera “escuela de negocios” para un grupo de jóvenes burgaleses que se desplazaron a Chile llamados por los fundadores de ella

Estos inmigrantes, y su descendencia, han tenido una destacada participación en las instituciones filantrópicas de la colectividad española de Chile

Por Juan Antonio García-Cuerdas

Los inicios de la Casa Hojas

El nacimiento y desarrollo de esta empresa está ligado a la presencia en Chile de dos españoles llegados al país durante la primera década del siglo XX. Hablamos de Matías Hojas Alonso (1888-1974) –radicado el año 1908 en la localidad de Rengo, donde comenzó trabajando en la firma Emparanza Hnos. y Cía.– y de su socio, Arsenio de Diego Gallo, quien por los mismos años se desempeñaba como contador en una salitrera del norte del país. Ambos provenían de la provincia de Burgos; Matías Hojas era oriundo de Pesadas y Arsenio de Diego de Escalada, pequeñas localidades rurales situadas a casi 13 km una de otra y que por entonces pertenecían al Partido Judicial de Sedano, colindante con la provincia de Santander. ­­

A pesar de la cercanía y de los vínculos existentes entre sus pueblos de origen, solo llegaron a conocerse fortuitamente en Santiago de Chile cuando coincidieron en una ocasión en el Hotel España, donde alojaban en sus visitas a la capital. Fue así como se inició una estrecha relación de amistad y confianza alimentada por el común “paisanaje” y favorecida por sus personalidades afines, destacando la de Matías Hojas por su carácter especialmente afable y simpático, aunque no exento de rigurosidad en su quehacer diario. Poco tiempo transcurrió para que este propusiese a Arsenio de Diego –que había logrado acumular un sustancioso patrimonio líquido– su incorporación como socio en el establecimiento comercial que bajo la denominación de Casa Hojas estaba creando en la ciudad de Talca. En las miras de ambos estaba expandir las ventas del local talquino, para luego establecer sucursales en ciudades cercanas. Con estos fines formaron la sociedad Hojas y Cía. el año 1918.

Matías Hojas Alonso y Petra Alonso Velasco (c. 1940).
Fuente: Archivo de Álvaro Ipinza Hojas

La Casa Hojas ocupaba un amplio local en la parte exterior del Mercado Central de Talca, situado en la calle 1 Sur entre 4 y 5 Oriente, la principal vía comercial de la ciudad. La tienda tenía un amplio surtido de: “Novedades para señoras. Camisería y artículos generales para caballeros y confecciones y artículos para niños, todo lo cual es adquirido directamente en los principales mercados del mundo por los socios de la firma” (1). El éxito, de la mano de estos dos enérgicos socios, no se hizo esperar, de manera que entusiasmados por el auge comercial que estaban logrando en Talca, decidieron impulsar la apertura de sucursales en algunas ciudades cercanas. Sin embargo, para expandirse les pareció necesario rodearse de personas de su absoluta confianza, ojalá familiares jóvenes y “ganosos”, que una vez formados en la matriz talquina se hiciesen cargo de las filiales. 

La Casa Hojas de Talca. Fuente: Álbum España y América, Tomo-Chile, 1926

Se inicia la expansión y llegan los primeros familiares

En 1922 Matías Hojas se encontraba en España, teniendo en mente varios propósitos. El más importante era contraer matrimonio con una joven burgalesa, Petra Alonso Velasco (Quintanilla Vivar, 1899-Talca, 1972), nupcias que tuvieron lugar en la ciudad de Burgos el 5 de julio de 1922. Además, debía comprar mercancías variadas a los proveedores europeos para abastecer las tiendas y, por último, tenía la misión de atraer a jóvenes familiares dispuestos a establecerse en Chile y trabajar en la Casa Hojas. Fueron tres los que se entusiasmaron con esta invitación: su hermano menor Eutiquiano Hojas Alonso (1893); su sobrino Samuel Hojas y Hojas (1905), ambos originarios de Pesadas; y Ciriaco Diez de Diego (1907), sobrino de Arsenio de Diego, al igual que este oriundo de Escalada (2). Eutiquiano Hojas retornaría en 1924 a España para casarse con Clotilde Alonso Velasco (1907), –hermana de Petra, la señora de Matías Hojas– siendo el matrimonio oficiado en Lourdes por su hermano el sacerdote Bernardo Alonso Velasco.

Estos fueron los tres primeros familiares de los socios de la Casa Hojas que llegaron a Chile. A la izquierda, Eutiquiano Hojas Alonso; al centro, Samuel Hojas y Hojas; y a la derecha, Ciriaco Diez de Diego

Los siguientes años la firma continuó en su ruta ascendente. En 1926 su capital había aumentado desde los $ 50.000 iniciales hasta un millón y contaba con dos sucursales abiertas en 1922 en Chillán y Curicó (3). Poco después se inauguró la de Linares.

Casa Hojas de Chillán. Fuente: Álbum España y América, Tomo-Chile, 1926

Antes de terminar la década, en 1929, Arsenio de Diego emprendió un viaje a la península con dos objetivos principales. Asistir a la Exposición Internacional de Barcelona, un acontecimiento mundial de primer orden donde tomaría contacto con proveedores de productos procedentes de diversos países. Así como también acercarse a Pesadas y Escalada en Burgos, para contactar a familiares de los socios que estuviesen dispuestos a trasladarse a Chile para trabajar en la Casa Hojas. Los socios de esta tenían delineado un plan de expansión en la zona del Maule que consideraba abrir sucursales en Molina, Constitución, Cauquenes y Parral; y además en Los Ángeles, para lo cual necesitaban contar con más personas de confianza.

A inicios del año 1930, en el viaje de regreso al país en el vapor italiano Duilio, que zarpó de Barcelona el 21 de febrero, Arsenio de Diego venía acompañado de un grupo de diez jóvenes burgaleses entre los que se encontraban cinco sobrinos oriundos de Escalada: los hermanos Victoriana (1909), Paula (1911), y Leonardo Diez de Diego (1913); y los hermanos Basilisa (1908) y Ovidio de Diego Pérez (1913) –este había vivido desde su infancia en la localidad burgalesa de Tardajos–. También venían otros vecinos de Escalada: José López Merino (1914), (que decidió quedarse en Buenos Aires, al llegar el barco a ese puerto; no obstante, unos años después se radicaría en Linares, donde falleció); Teófilo Fernández Gallo y Miguel Huidobro. A ellos se sumaban dos sobrinos de Matías Hojas: José Martínez Hojas (1910) y Hermenegildo Real Hojas (1911) (4).

Billete de pasaje de Leonardo Diez de Diego, para embarcar en Barcelona el 21 de febrero de 1930. Fuente: Archivo de Leonardo Diez Santolaya
Trasatlántico Duilio de la compañía Navigazione Generale Italiana.
Fuente: www.filateliachiavello.com

Los planes de apertura de las filiales comenzaron a ejecutarse impulsados vigorosamente por los socios, que contaban con estos parientes recién llegados para el desarrollo de la firma. Las sucursales quedaron bajo la administración de los siguientes familiares: Talca, la casa matriz, dirigida por Matías Hojas y Arsenio de Diego; Curicó, por Eutiquiano Hojas Alonso; Molina, se desconoce; Linares y Parral, por Ciriaco y Leonardo Diez de Diego; Cauquenes y Constitución, por José Martínez Hojas; Chillán por Samuel Hojas y Hojas; y Los Ángeles que, según afirma el genealogista Gonzalo A. Luengo Orellana, habría estado a cargo del burgalés Paulino Hojas Lechosa y posteriormente pasó a poder de una familia González (5).

Placa metálica en el acceso a la Casa Hojas de Linares. Fuente: https://www.corporacionlinares.cl/utilidad/Historia-de-Linares.pdf

Las consecuencias de un fatídico suceso remecen a la Casa Hojas

Cuando Arsenio de Diego retornó de España el año 1930 aún se encontraba soltero, ya cumplidos los cuarenta años de edad. Durante este viaje se fijó en su sobrina Basilisa, con la que inicio un flirteo que se transformó en noviazgo y finalmente en matrimonio, el que se celebró en la ciudad de Talca. Pero la dicha de la pareja duró poco tiempo. A fines de 1932 Arsenio falleció inesperadamente a consecuencia de una obstrucción intestinal y Basilisa, viuda y sin hijos, se convirtió en la heredera principal de su fallecido marido. Sin nada que la atara a Chile, decidió volver a su tierra natal y Matías Hojas se vio en la necesidad de comprarle la participación social que le correspondía. Sin embargo, la liquidez de la firma no era suficiente –como consecuencia de la crisis económica conocida como la Gran Depresión, que desde 1931 afectaba al país–, de manera que esta se vio en la necesidad de comenzar a vender algunas sucursales. Durante los siguientes años de forma paulatina todas ellas irían quedando en poder de los familiares y cercanos que las administraban, pues Matías Hojas, generosamente, les dio prioridad y facilidades crediticias para adquirirlas. Entrada la década de 1940 la Casa Hojas de Talca, ya sin sucursales, había pasado a denominarse Grandes Almacenes Hojas. Años después establecería una sucursal bajo el nombre de Gales Creaciones, a escasa distancia de la matriz. La Casa Hojas permaneció en el mismo local inicial en que fue fundada hasta su cierre definitivo el año 1993. Gales Creaciones mantiene su actividad comercial hasta hoy, gestionada por nietos de Matías Hojas.

Grandes Almacenes Hojas, en la década de 1980. Fuente: Archivo de Álvaro Ipinza Hojas

Poco más de una década de vida alcanzó la cadena comercial creada gracias al impulso y visión de sus socios. Con la perspectiva que ofrece el paso del tiempo no cabe sino admirarse de los logros de estos en una época en que Chile presentaba enormes carencias y obstáculos para el desarrollo de este tipo de emprendimientos. Es difícil imaginar hoy los grandes esfuerzos que debieron desplegar para surtir sus tiendas con las más diversas mercancías provenientes de sus lejanos proveedores nacionales y extranjeros, dependiendo la gestión y logística de medios de comunicación y transporte lentos e inestables y de redes viarias escasas y precarias. A pesar de todas estas dificultades, fueron capaces de desarrollar la que debe haber sido la primera cadena comercial minorista interprovincial de la zona del Maule y una de las primeras del país. El impredecible deceso de Arsenio de Diego puso punto final a esta iniciativa empresarial, que estaba llamada a tener un mayor alcance del que logró. No obstante, para entonces ya estaban sólidamente arraigados en Chile aquellos dos primeros grupos de inmigrantes que los socios habían llamado al país los años 1922 y 1930.

Publicidad de la Casa Hojas de Chillán.
Fuente: La Discusión, Chillán, 1 de abril de 1951.

Continúa la llegada de parientes burgaleses a Chile

Si bien la cadena comercial Casa Hojas se desintegró, los comercios con esa denominación existentes en cada una de las ciudades quedaron en manos de familiares y cercanos. Algunos de estos en los siguientes años facilitarían la llegada al país de otros parientes, sumando en definitiva todos ellos más de una treintena de personas procedentes de Burgos.

Así, durante las décadas de 1930 y 1940 se radicaron en Chile los hermanos Félix, Francisco, Miguel y María Concepción Martínez Hojas, nacidos entre 1909 y 1917 en Quintanilla Escalada. En la década de 1950 se avecindaron algunos más: Gerardo Martínez García (1933) –hijo de Gerardo Martínez Hojas– también proveniente de Quintanilla Escalada, al igual que su señora, Rosa Varona Huidobro (1934), establecidos en Chillán (Gerardo Martínez García llegó, a fines del año 1950, junto a su abuelo Florentino Martínez López, originario de Aranda de Duero, Burgos); Enrique Fernández del Río (1937) –sobrino nieto de Matías Hojas– oriundo de Pesadas y asentado en Curicó; y Samuel Bastida Diez (1942), quien llegó a Linares llamado por su tío Leonardo Diez de Diego. Unos y otros se irían instalando en las distintas ciudades en las que la Casa Hojas y sus familiares se hallaban establecidos.

Distinto fue el caso de Eutiquio Gordo Marquina (1923) y María Paz Hidalgo González (1922), nacidos en Villaescusa del Butrón (localidad situada a 3 km de Pesadas), donde contrajeron matrimonio el 20 de septiembre de 1947. A inicios de 1953 –junto a una hija de corta edad, Araceli (1948)– arribaron a Chile llamados por su cuñado Hermenegildo Real Hojas. Este, luego de trabajar desde 1930 con sus tíos Matías y Eutiquiano en Talca y Curicó, se independizó y radicó en Santiago, donde desarrolló varios emprendimientos y finalmente estableció la Casa Celi en 1947, establecimiento comercial que tuvo una larga vida de más de medio siglo. Hermenegildo Real retornó temporalmente a España el año 1946 para contraer matrimonio con Araceli Gordo Marquina (1928) el 15 de enero de 1947 en la ciudad de Burgos (6).

Otro grupo de burgaleses, sin vínculos de parentesco conocidos con Matías Hojas o Arsenio de Diego, estuvo ligado a la sucursal de Constitución. Este lo encabezó Germán Hernando Martínez, comerciante establecido en Cauquenes, quien llamó en 1930 a su pariente Eduardo Martín Abejón (1913), el que comenzó trabajando junto a Hernando, para luego trasladarse a la Casa Hojas de Constitución, quedando como propietario de esta a finales de la década de 1930. En los siguientes años Eduardo Martín promovió la llegada a Chile de tres coterráneos para incorporarlos en sus negocios: en 1947 arribó su primo Francisco Marina Abejón (1922) y en 1950 lo hicieron su hermano Pascual Martín Abejón (1931) y Alfonso Bravo Peña (1930), quienes embarcaron en la misma nave a fines de ese año. Todos ellos eran oriundos de la localidad de Caleruega, situada al sureste de la provincia de Burgos.

Por último, mención aparte haremos de Félix Hojas Diez (1887), quien al igual que su pariente Matías Hojas se estableció a su llegada a Chile en Rengo, donde se encontraba en 1909 trabajando en el comercio de Emparanza Hnos. y Cía. Félix Hojas, que fue soltero y sin hijos, trabajó por algún tiempo en la Casa Hojas de Chillán, posteriormente se asoció en otros negocios ligados al comercio hasta finalmente establecerse con la Casa del Niño en la misma ciudad, donde falleció en 1943. En su testamento instituyó como heredero universal a su sobrino Miguel Martínez Hojas (7).

El notable aporte de miembros de estas familias al desarrollo de las instituciones filantrópicas españolas de Chile

De este grupo de familias burgalesas radicadas en la zona central de Chile, surgió un número relevante de dirigentes de las instituciones de la colectividad española. Podemos mencionar, entre otros, a los siguientes:

Matías Hojas Alonso se involucró de forma destacada en las instituciones de Talca. Fue director durante varios períodos de la Sociedad Española de Beneficencia, así como tesorero del Centro Español de la ciudad. Sus hijas, principalmente Mercedes que fue presidenta de la institución de beneficencia denominada Ropero Español, además de Inés, Felisa, Pilar y María, participaron de manera relevante en el desarrollo de esta institución fundada en 1948. Asimismo, Mercedes participó en la formación de la Corporación Escuela Especial España.

En Talca se asentó Paula Diez de Diego, casada con Argimiro Rodríguez González (nacido en Villalón de Campos, Valladolid). Paula fue presidenta del Ropero Español de Talca. Sus hijos, Argimiro y Luis Rodríguez Diez, fueron durante varios períodos directores del Centro Español de la ciudad y este último, además de ocupar la presidencia de la AIECh (Asociación de Instituciones Españolas de Chile) durante los años 2016 a 2020, se desempeña como presidente de la Sociedad Española de Beneficencia de Talca, cargo que ha ocupado a lo largo de un dilatado espacio de tiempo.

Edificio del Centro Español de Talca (c. 2013). El terremoto de 2010 deterioró severamente la edificación. Fuente: https://mapio.net/pic/p-62586409/

Samuel Hojas y Hojas fue presidente durante varios períodos del Centro Español de Chillán, el más relevante transcurrió entre 1940 a 1945 (es preciso detenernos aquí en las dramáticas circunstancias que este debió enfrentar el 24 de enero de 1939. Ese día a las 23:32 hrs., Chillán se vio afectado por un violento terremoto de magnitud 8,3 Ms que desplomó el Centro Español, provocando la muerte de trece integrantes de la colonia española, entre ellos el presidente del Centro. Samuel Hojas estaba allí y logro salvar con vida milagrosamente, al igual que otros ocho compatriotas que debieron trabajar intensamente en las horas y días siguientes para rescatar los cuerpos de las víctimas [8]). En 1942, bajo su presidencia y con la presencia del presidente Juan Antonio Ríos, se colocó la primera piedra del edificio actual del Centro Español de la ciudad; Félix Martínez Hojas, desempeñó la presidencia del Centro Español de Chillán en la década de 1950; Julio Hojas Escobar, hijo de Samuel, fue presidente de la Sociedad Española de Beneficencia de Chillán; y Gerardo Martínez García, ocupó los cargos de director, secretario y tesorero del Centro Español de Chillán, además de ser, en opinión general, un verdadero cronista de la colectividad española de la ciudad.

A la izquierda el Centro Español de Chillán en 1930; a la derecha aquel edificado en 1942, siendo presidente Samuel Hojas y Hojas, que reemplazó al anterior derruido por el terremoto de 1939. Fuentes: https://chillanantiguo.blogspot.com/2014/11/ y foto en Seminario de Fabián A. Cerro Lagos
Félix Martínez Hojas, presidente del Centro Español, entrega a la ciudad la escultura del fundador Martín Ruiz de Gamboa el año 1958. Fuente: “Españoles en Chillán”, Quinchamalí, Artes-Letras-Sociedad, nº 13-14, 2015

En Curicó Eutiquiano Hojas y su mujer Clotilde Alonso Velasco fueron activos colaboradores de las instituciones españolas locales. Especialmente esta última, que fue vicepresidenta fundadora en 1940 de las Damas Españolas de Nuestra Señora del Pilar y en 1941 asumió la presidencia hasta 1943. Se mantuvo estrechamente ligada al directorio y a las actividades de esta institución hasta avanzada edad. La vocación solidaria y cercanía de la familia con las Damas se ha mantenido a través del tiempo y hoy una nieta, Eliana Hojas del Valle (que se incorporó el año 2000) desempeña el cargo de secretaria del directorio.

Directorio de las Damas Españolas de Curicó en 1980. Clotilde Alonso Velasco es la tercera de izquierda a derecha. Fuente: Archivo de Eliana Hojas del Valle

En Linares los hermanos Ciriaco y Leonardo Diez de Diego formaron parte de la directiva del Centro Español. Leonardo ocupó el cargo de tesorero durante un largo período y fue delegado de esa institución ante la AIECh. Asimismo, Samuel Bastida Diez, además de dirigente de las instituciones españolas de Linares, fue también delegado ante la AIECh. Fernando Diez Aljaro, hijo de Ciriaco Diez, participó en las instituciones españolas locales, dejando también huella por su labor como historiador, dirigente gremial y activo partícipe en las actividades comunitarias de la ciudad. Por su parte, es de destacar la labor de Leonardo Diez Santolaya, hijo de Leonardo Diez de Diego, quien fue presidente del Estadio Español de Santiago desde 1997 hasta 2005, presidente de la AIECh (Asociación de Instituciones Españolas de Chile) desde el año 2006 hasta el 2009 y presidente de la Colectividad Castellano-Leonesa de Chile desde 2012 hasta 2016.

A la izquierda Leonardo Diez Santolaya, quien fue presidente del Estadio Español de Santiago (1997-2005) y de la AIECh (2006-2009). A la derecha Luis Rodríguez Diez, presidente de la AIECh (2016-2020)

Por último, cabe mencionar a Hermenegildo Real Hojas quien estuvo vinculado a la Bolera Burgalesa y a la Colectividad Burgalesa de Chile desde su fundación en Santiago el año 1950, culminando su participación activa en ella luego de ejercer la presidencia entre los años 1985 y 1990, siendo enseguida designado presidente honorario de dicha Colectividad. Le sucedió en la presidencia Eduardo Martín Letelier, hijo de Eduardo Martín Abejón. Finalmente, en 1994 la Colectividad Burgalesa se integró en la Colectividad Castellano-Leonesa.

Hermenegildo Real Hojas. Fue presidente de la Colectividad Burgalesa (1985-1990)

A modo de corolario final

No cabe duda de que la labor que desarrolló este grupo de inmigrantes en beneficio de las comunidades locales que los acogieron fue relevante. Con una inagotable laboriosidad y deseos de superación, propios de su esencia castellana, contribuyeron a dinamizar y desarrollar el comercio y la industria, convirtiéndose en protagonistas destacados de la vida económica y social provincial. De igual forma, sus descendientes han seguido hasta hoy efectuando un valioso aporte, colocando sus capacidades en los ámbitos profesional, empresarial, comunitario, etc., al servicio del país.

Por otra parte, la participación de un gran número de ellos en los directorios de las instituciones de la colectividad española –una ferviente muestra de amor a su patria– contribuyó a mantener vigentes las raíces y tradiciones hispanas, proyectándolas tanto en sus descendientes como dentro de los ámbitos de la sociedad chilena en que se insertaron.

NOTAS

(1) Los años indicados entre paréntesis después de los apellidos corresponden al de nacimiento.

FUENTES ORALES

José Luis Bendicho Hojas, María Inés Bendicho Hojas, Francisco de Diego Viñas, Leonardo Diez Santolaya, Segundo Hojas del Valle, Julio Hojas Escobar, Álvaro Ipinza Hojas y Lucía Martín Letelier.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

(1) Joaquín y Roque Blaya, (editores), Álbum España y América, Tomo-Chile (Santiago: Imprenta y Lit. La Ilustración, 1926), 83 (en apartado de Castilla la Vieja); España y Chile en el IV Centenario del Descubrimiento del Estrecho de Magallanes (Santiago: Empresa Editorial Ibérica, 1920), 70.

(2) Gonzalo A. Luengo Orellana, La familia Hojas de Burgos: genealogía, papeles y emigración española a Chile (Chillán: Impreso en la casa del autor, 2014), 13. www.bibliotecanacionaldigital.gob.cl/bnd/646/w3-article-350757.html

(3) Joaquín y Roque Blaya, op. cit., 70

(4) Leonardo Diez Santolaya, “Viaje de Leonardo Diez de Diego desde Escalada, España, a Linares, Chile” (manuscrito inédito, marzo 2010), 1-2. Archivo de Microsoft Word.

(5) Gonzalo A. Luengo Orellanaop. cit., 43, 85.

(6) Hermenegildo Real Hojas, “Mini Memoria” (manuscrito inédito, 10 de noviembre de 1997), 2-4. Apuntes mecanografiados.

(7) Gonzalo A. Luengo Orellana, op. cit., 43, 138-140.

(8) Ibíd., 20.

(9) Javier Fernández Pesquero, Monografía estadística de la colonia española de Chile en el año 1909 (Cádiz: Talleres Tipográficos de Manuel Álvarez, 1914).

(10) Fabián A. Cerro Lagos, “Chillán después del terremoto de 1939: Reconstrucción de una ciudad, 1939-1950” (Seminario para optar al título de profesor, Universidad del Bio-Bío, 2010), 114, http://repobib.ubiobio.cl/jspui/bitstream/123456789/1252.

(11) Jaime González Colville, Historia de Linares (Linares: Corporación Municipal de Linares, 2018), 388, https://www.corporacionlinares.cl/utilidad/Historia-de-Linares.pdf.

(12) Félix Martínez, “Españoles en Chillán”, Quinchamalí, Artes-Letras-Sociedad, nº 13-14 (1º y 2º semestre 2015): 86-89.

COLABORADORES