El 9 de octubre, pero de 1238, el Rey Jaime I entraba a la ciudad de Valencia con el fin de liberarla del dominio musulmán del Rey de Balansiya, Abul Djumayl Zayyan. Con esta conquista nacía el Reino de Valencia y el rey se convertía, además, en el impulsor de instituciones como las Cortes y los ayuntamientos.
A pesar de esta victoria, hubo que esperar cien años después de la conquista de Valencia, al 9 de octubre de 1338, para que el Consell de la ciudad realizara una procesión en la que se le pedía a San Dionisio traer el fin de la hambruna por la que pasaba la ciudad, tras un período de malas cosechas.
Dado que ambos acontecimientos coincidieron en el mismo día, se nombró a San Dionisio como el Patrón de Valencia y desde entonces se siguió realizando la procesión todos los 9 de octubre. La única diferencia es que a día de hoy, San Vicente Ferrer es el Patrón de Valencia y San Dionisio es el de los enamorados.
Cómo son las celebraciones ‘normales’ de un 9 de octubre. Desde 1975 la Comunidad Valenciana celebra el Día de la Comunidad Valenciana. En años ‘normales’, las celebraciones del 9 de octubre dan inicio con diversos actos, en toda la ciudad, desde el 1 de octubre y tienen su día grande el 8 de octubre con actividades musicales y un festival pirotécnico en el antiguo cauce del río Turia.
Ya el día 9, día de actos oficiales, se daba la recepción oficial del Presidente en el Palacio de la Generalitat de Valencia y la entrega de distinciones a personalidades importantes del panorama valenciano.
Pero hay un momento especial, y dulce, que se da el día de la Comunidad de Valencia, que coincide con el día de San Dionisio, patrón de los enamorados valencianos.La tradición pasa por la costumbre de que los hombres regalan a las mujeres la ‘mocaorà’, un pañuelo de seda anudado en cuyo interior se colocan dulces de mazapán; una dulce tradición para un día tan especial.