En el marco de la celebración del centenario del nacimiento del gran cineasta valenciano Luis García Berlanga, el CCESantiago presenta el ciclo de cine en línea «Berlanga cumple cien años» que se proyectará los fines de semana de agosto en nuestra sala virtual.
Este ciclo recupera cuatro de sus obras menos conocidas internacionalmente, que suponen una muestra del trabajo de Berlanga a lo largo de sus diferentes etapas creativas, a través de unos títulos que han tenido quizá menos protagonismo o visibilidad que los clásicos Bienvenido Míster Marshall (1953) o El verdugo (1963) —en el ciclo «Clásicos contigo» del canal Vimeo del Instituto Cervantes en 2020—, pero que no quedan atrás en cuanto a genialidad, sátira social y humor incisivo que caracterizan toda la filmografía del genial director valenciano.
Luis García Berlanga nace en 1921 en Valencia, ciudad donde inicia las carreras de Filosofía y Letras y Derecho en la Universidad Literaria. A los 26 años, se muda a Madrid para matricularse en la especialidad de Dirección del Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas (IIEC). Allí, Berlanga forma parte de la primera promoción de alumnos de esta recién inaugurada escuela, donde coincide con Juan Antonio Bardem, Florentino Soria, Antonio del Amo y José Gutiérrez Maesso, entre otros, y en la que realiza algunos cortos documentales y de ficción y escribe varios guiones.
El arranque de la carrera fílmica de Berlanga viene de la mano de su compañero de estudios, el también director y guionista Juan Antonio Bardem. Juntos codirigen Esa pareja feliz (1951), el primer largometraje comercial de la carrera de ambos, y la película que inicia nuestro ciclo. En este proyecto, un Berlanga de treinta años se hace cargo de la cámara y la dirección de escenas, mientras Bardem asume la dirección actoral. El filme contiene ya algunos elementos que van a definir el cine berlanguiano posterior, como los chispeantes y acelerados diálogos, la crítica social o las descripciones de las ilusiones perdidas por la gente corriente. Esa pareja feliz, tan ácida y crítica con una industria cinematográfica a la que satiriza, no tiene muy buena recepción inicial y tarda dos años en estrenarse, tras el éxito de la segunda película de Berlanga, segunda entrega de este programa.
La segunda cinta de nuestro ciclo, Calabuch (1956), es quizá una de las películas más tiernas del director valenciano. Ambientada en un pueblo de su tierra natal, la película, que con frecuencia ha pasado un tanto desapercibida para la crítica dentro de la obra berlanguiana, se caracteriza por su optimismo e ingenuidad y por un humor entrañable que se aleja de la mordacidad y la crítica corrosiva que caracterizarán el cine de Berlanga, especialmente a partir de los años sesenta.
Pocos años más tarde, Berlanga dirige dos de sus grandes obras maestras: Plácido (1961) y El verdugo (1963); continuaremos nuestro ciclo con Plácido, una comedia muy coral —otro de los rasgos comunes del cine berlanguiano—, sarcástica y de humor agridulce, en la que encontramos a treinta personajes que se interrelacionan en una compleja trama. El argumento, construido en colaboración con el guionista Rafael Azcona (colaborador habitual de Berlanga desde entonces y coguionista, dos años después, de El verdugo) gira en torno a un día de Nochebuena en el que el dueño de un motocarro trata de cumplir con los encargos de un grupo de damas burguesas a las que se les ocurre organizar una campaña navideña con el lema «Siente a un pobre a su mesa». A diferencia de lo ocurrido con Los jueves, milagro, Plácido gozó de un gran reconocimiento desde su estreno, en 1961, y fue nominada al Óscar a la mejor película extranjera.
Tras la muerte de Franco y la llegada de la democracia a España (con la consiguiente desaparición de la censura), Berlanga rueda su conocida trilogía nacional, de la que en este ciclo se muestra la segunda película: Patrimonio nacional (1981). En ella, Berlanga reflexiona con mordacidad sobre el decadente sistema político y social del franquismo tardío, así como de lo que queda de él en los comienzos de la democracia. En estos años, el director asume también el cargo de presidente de Filmoteca Española.
Fuente : CCESantiago